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“Esperamos que la desconcentración sea a fondo” // Agencia Paco Urondo

Entrevista con Natalia Vinelli, miembro de Barricada TV y del Espacio Abierto de Televisoras Alternativas y Comunitarias. Charlamos sobre las dificultades y los desafíos de la comunicación popular, y de las falencias en la repartición del 33% del espectro audiovisual y de la pauta oficial.  

 

APU (Por Juan Ciucci): A tres años de que se haya votado la nueva Ley de Servicios Audiovisuales, ustedes plantean la necesidad de que se efectivice el reparto del 33% del espectro audiovisual para las organizaciones sociales.

Natalia Vinelli: Nosotros estuvimos en un plan de lucha de un año y medio, intentando lograr concursos y pliegos específicos para el sector de los medios alternativos, populares y comunitarios. Porque entendemos que tenemos formas de funcionamiento y gestión que son completamente diferentes a por ejemplo los medios de las grandes fundaciones. Como por ejemplo la Ford o la Rockefeller, o cualquier otra; la Fundación Construir de la Uocra. Que también están compitiendo en el mismo sector de los sin fines de lucro, porque también desde esa lógica lo son.

Estamos reclamando concursos específicos para los medios comunitarios, alternativos y populares dentro del sector sin fines de lucro. Entendemos que no es un reclamo de máxima, en la medida en que el sector de los medios pymes lograron que cuando se reglamentó el artículo 21, que es el que divide el espectro en tercios, tener un tratamiento específico dentro de la reglamentación.

Pensamos que se puede avanzar en ese sentido, y que además no hay nada que impida que ese 33% se pueble de voces populares, y de toda la diversidad, de riqueza de voces y de expresiones políticas  que tenemos en este país. Desde ese lugar estamos planteando que el Estado garantice el 33%, que somos el sector más postergado y débil de la comunicación, perseguido durante 30 años por la ley 22285. Creemos que es un derecho poder poblarlo, y que se desarrollen políticas públicas que ayuden al fomento de los medios comunitarios. Esta es la parte negativa, o excesivamente lenta, del balance de la nueva ley.

Por otro lado, respecto de la desconcentración, la verdad que para nosotros es obvio: nos conformamos y formamos nuestros medios para vehiculizar a los sectores que seguimos estando ausentes de los medios de comunicación tradicionales. Desde que se formaron los multimedios estuvimos denunciando el discurso único. Con que se desconcentre estamos completamente de acuerdo, lo acompañamos y esperamos que esa desconcentración sea a fondo, de todos los medios concentrados que hoy siguen funcionando en el país.

APU: ¿El valor de los pliegos cuál es, para las organizaciones sin fines de lucro?

NV: Los concursos que se habían publicado en agosto del año pasado, por resoluciones 685 y 686, planteaban para la compra del pliego valores entre los 42000 y los 140000 pesos, dependiendo de la zona. En la Ciudad de Buenos Aires, estaban todos más cerca de los 140000 pesos. A eso había que sumarle el mismo valor como garantía, y también en caso de ganar 24000 pesos mensuales al ARSAT para poder transmitir a través de su plataforma. Ese es otro gran problema, nosotros creemos que el ARSAT tiene que estar subsidiado para estos medios populares, y que paguen los grandes medios. Porque nosotros no solamente no podemos pagar 24000 pesos por mes, ni podemos pagar 12000. Es decir que siguen siendo valores prohibitivos, que van a terminar haciendo que lo más rico de la ley de medios termine quedando acotado a sectores que puedan pagar.

APU: En ese marco, también hablaban de la pauta oficial, hay un reclamo para que se reparta de otro modo.

NV: Sí, nosotros pensamos que se tiene que empezar a trabajar en la dirección de una Ley de Publicidad Oficial. Hay un modelo para ver y mejorar, que es el Registro de Medios Barriales de la Ciudad de Buenos Aires. Es una ley votada en la época de Aníbal Ibarra, que se sigue manteniendo, donde se define que el 4% del presupuesto destinado a publicidad de la Ciudad de Buenos Aires va a los medios comunitarios. 4% es una miseria lamentable, hay que pelear para que sea un numero distinto. Pero es un comienzo, porque inclusive lo que creo que tiene de interesante esa ley es que armó un espacio de veedores que son representantes de los distintos colectivos de medios. Con lo cual se logra mantener cierta autonomía, y se puede poner coto a arbitrariedades, o a la entrega discrecional de pauta publicitaria por parte del Gobierno de la Ciudad. E inclusive acerca de los contenidos, porque no es lo mismo pasar un propagada contra el dengue que pasar una propaganda de la (Policía) Metropolitana. La de la Metropolitana está claro que nosotros no la pasamos. Esta forma de poder contar con veedores permite disputas más colectivas, frente al gobierno de la Ciudad.

Ese puede ser un modelo, a mejorar, pero no es que no hay nada respecto a publicidad oficial. Yo creo que esa es una de las vías. Por supuesto que el compromiso de las organizaciones populares es el más importante y es el estratégico. Pero pensamos que el Estado tiene una responsabilidad importante, y que en ese sentido nosotros tenemos que movilizarnos todo lo que podamos para hacer de este derecho algo efectivo.

APU: También marcan que está fallando el censo de medios.

NV: Bueno, lo que pasó fue que en el 2009 se hizo un censo de emisoras de baja potencia. Todos los que integramos el espacio de Emisoras Alternativas, Populares y Comunitarias nos censamos. También con la idea que pueda dar un mapa real de cuántas son las emisoras, dónde están, cómo están distribuidas las frecuencias. Esto fue en Diciembre de 2009, y la verdad que los datos del censo nunca circularon. Es cierto que el censo probablemente este inflado, que se hayan presentado muchos proyectos que después no circularon. Pero también se presentaron un montón de experiencias genuinas.
Y la verdad que poder contar con esa información para tomar decisiones acerca de cómo se abren los concursos, es fundamental y pensamos que eso es información pública, que deberíamos poder conocer todos.

APU: ¿Cómo se pueden representar esos valores populares en estos medios?

NV: A mí me parece que la cuestión de lo popular es permanente experimentación. A nosotros muchas veces nos pasa que sin darnos cuenta estamos repitiendo algunos esquemas de la televisión tradicional. El tema es que estas experiencias están vivas, son sociales; y por lo tanto, al ser parte de la dinámica social están permanentemente tensionadas por lógicas de transformación y por lógicas de reproducción. Y eso es algo que pasa todo el tiempo. Nosotros no nacimos en la Patria Liberada, estamos en un contexto donde estamos acostumbrados a ver una televisión, un modelo de qué es lo masivo, qué es lo que vende, qué es hacer televisión. Nosotros tenemos que romper todo eso. Y eso se va rompiendo con creatividad, y teniendo la cabeza abierta para el ensayo y el error.

Pero también pensando que este tipo de experiencias no son experiencias cristalizadas, puras; sino que están permanentemente tensionadas. Estar alerta de eso creo que es lo que nos hace avanzar en un sentido superador. Y en ese camino realmente poder ir construyendo estos géneros y estos formatos populares. Que tienen que ver con la pantalla, que tienen que ver con la participación de la comunidad, y que tiene que ver con las formas de gestión y organización del medio. Donde por ejemplo nosotros no tenemos un jefe de contenidos. O yo conduzco con otra compañera el noticiero, pero también hago cámara para el programa de deportes. También eso va cambiando, porque rompe con el narcisismo, rompe con la lógica de “estrella”, porque la pantalla tiene mucho de eso también. Entonces me parece que todo eso es lo que va poniendo a prueba permanentemente todo lo que hacemos, y lo va mejorando y corrigiendo.

APU: Por último, ¿cómo pensas la capacidad de estos espacios populares de comunicación para poder enfrentar los nuevos desafíos que implica un mayor público?

NV: Yo creo que las organizaciones sociales están en condiciones de asumir mil millones de desafíos. Si las organizaciones sociales pudieron asumir el desafío hacia fines de los ´90 de organizarse en movimientos de trabajadores desocupados para poder tener una relación con el Estado, siempre conflictiva y problemática, para poder realmente dar una respuesta a la pobreza que había en los barrios. Y a partir de eso poder construir todas sus herramientas, sus balances, sus personerías jurídicas, etc. Si las fábricas recuperadas pudieron instalarse y seguir produciendo en el mercado. Cómo las organizaciones populares no van a poder asumir la importancia de contar con medios de comunicación propios. Creo que en esa inventiva popular, en esa capacidad y en toda esta experiencia acumulada que tenemos, porque no empezamos de cero: antes Rodolfo Walsh marcó un camino, antes hubo experiencias masivas populares en manos de las organizaciones revolucionarias como los diarios Noticias o El Mundo. Son distintos los contextos, pero tenemos un montón de experiencias en la historia que nos iluminan, que marcan un camino. Y yo soy una convencida de que la organización popular siempre puede dar respuesta a estos desafíos.

 
Fuente: http://agenciapacourondo.com.ar/secciones/comunicacion/9341-2012-09-28-20-20-44.html

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