La empresa DOTA despidió a diez trabajadores y suspendió a otros veinte por pedir justicia ante la muerte de David Ramallo, trabajador mecánico que perdió la vida por la desidia de la patronal.
En un comunicado reciente los trabajadores afirman: «David murió por la codicia de los empresarios; el grupo DOTA viene a quebrar la organización en la 60, por eso, despiden solo a los compañeros de la cabecera de Barracas, para generar división».
En éste contexto los trabajadores se presentaron a una reunión en el Ministerio de Trabajo, donde una vez la empresa incumple la conciliación obligatoria y sus responsabilidades en materia de seguridad e higiene. Néstor Marcolín, delegado de la 60 y miembro de la Agrupación al Volante dio su opinión al respecto.